sábado, 5 de septiembre de 2009

Tensión regional en América Latina por las siete bases en Colombia

El acuerdo entre Álvaro Uribe y Barak Obama para la utilización por parte del ejército de EEUU de siete bases en territorio colombiano ha levantado una ola de protestas lideradas por los países del ALBA y Brasil

Decio Machado (desde Bariloche/Argentina)
El pasado 14 de agosto, los gobiernos de Estados Unidos y Colombia llegaron a un pacto provisional sobre el Acuerdo de Cooperación en Materia de Defensa ya existente entre ambos países para la utilización de siete bases colombianas por parte de fuerzas militares estadounidenses.
El acuerdo establece el uso norteamericano de las bases aéreas de Palanquero, Apiay y Malambo, las bases navales de Málaga y Cartagena, y las terrestres de Larandia y Tolemaida. De todas ellas, la que más temor causa en la región es la base de Palanquero, denominada en términos militares como una "base estacional", con una longitud de pista de 3.500 metros, con capacidad simultánea para decolaje de tres aviones de combate supersónicos cada dos minutos. Sus instalaciones tienen capacidad de albergar 120 aviones y 2.000 personas.
Según informes de las Fuerzas Armadas colombianas, dicha base está adecuada para recibir los aviones C-17, destinados al transporte de efectivos militares y material bélico. Se prevé que en 2025 dicha base tenga la capacidad de recibir y movilizar hasta 175.000 efectivos militares con sus correspondientes pertrechos en 72 horas, como una herramienta más para el control por parte de los EEUU de la ruta estratégica del Pacífico. Esta base tiene como finalidad la movilización de ejércitos enteros en un radio que abarca desde Cabo Verde hasta zonas de Oceanía, pasando por todos los países de América Latina y Caribe a través de los C-17 sin necesidad de recibir abastecimiento de combustible.
El acuerdo negociado por ambos países recoge una cláusula de inmunidad para los soldados estadounidenses desplazados al territorio colombiano, lo cual impediría que cualquiera de ellos fuese juzgado por órganos de justicia del país receptor en caso de violación de derechos humanos, crímenes de guerra o cualquier otra trasgresión del derecho nacional o internacional por parte de estos contingentes militares.
La presencia de fuerzas militares estadounidenses en la región, sólo puede ser explicada en el contexto de los intereses norteamericanos y su estrategia de movilidad global, control de rutas globales y presencia en lugares que permitan la proyección de la fuerza hacia sitios en los que han sido identificados recursos estratégicos, o países cuya "debilidad" pongan en peligro a la "seguridad de la región".
El presidente colombiano Álvaro Uribe definió como objetivos de este acuerdo con los EEUU la lucha contra el narcotráfico y el combate de lo que desde su gobierno se denomina "narcoguerrilla".
Plan Colombia
Tras diez años de aplicación del Plan Colombia, sus resultados aparecen en la actualidad como claramente insuficientes. El plan fue diseñado en 1998, en la época del gobierno del presidente Andrés Pastrana, con el objeto declarado de disminuir el tráfico de estupefacientes, reducir a la mitad las zonas de cultivo ilícito y resolver el conflicto armado interno en esta nación sudamericana.
El Plan Colombia se proponía reducir en 50.000 hectáreas las zonas de cultivo de coca -en aquel momento la mitad del total-, pero pasado el tiempo la reducción se ha limitado a 10.000 hectáreas. La extensión actual de plantaciones de coca en Colombia se calcula en 92.000 hectáreas.
En diciembre de 2005, un informe de la Comisión de Investigación del Senado estadounidense compuesto entre otros por John Kerry y Barak Obama declaraba su preocupación ante estos hechos: "La falta de pruebas evidentes de progresos documentados en la guerra contra la droga y en la neutralización de los paramilitares es desconcertante considerando los millones de dólares aprobados por el Congreso destinados a financiar el Plan Colombia...".
En este sentido, el último informe publicado por la Oficina Nacional contra la Droga y el Delito (ONUDD), órgano vinculado a las Naciones Unidas, titulado Drogas 2009 y publicado a mediados del presente año, señala a Colombia como el mayor productor de cocaína del planeta, con 430 toneladas de producción, el 51% de la producción mundial, seguido de Perú, otro país aliado de los EEUU en la región, con una producción de 303 toneladas, el 36% de la producción mundial.
Publicado en el periódico Diagonal, el 3 de septiembre de 2009

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